Entradas

Elegir los retos.

Elegir bien los retos o metas que deseamos alcanzar es crucial para poder crecer como individuos, independientemente de si estás se alcanzan o no, puesto que el resultado hará que nuestro desarrollo tome un camino u otro. En mi caso, elegir bien ha sido siempre fundamental para poder crecer, puesto que siempre que me he propuesto algo que era muy difícil de alcanzar para mí el fracaso resultante no solo ha sido grande, sino que también ha sido desmotivante. El efecto que genera dicho fallo es la perdida de motivación, lo que lleva a abandonar una meta que quizás de otra forma planteada fuera alcanzable, pero siempre es difícil levantarse rápidamente tras un gran golpe. Cuando me he intentado conseguir algo sencillo de alcanzar sin esfuerzo, el resultado de dicha elección ha sido un éxito, pero un éxito engañoso. Engañoso puesto que cumplir objetivos con suma facilidad puede hacer que caigamos en una comodidad en la cual nos estanquemos y dejemos de crecer y mejorar. Aparentemente, c

Sumar poco a poco.

Poco a poco he ido cambiando hábitos en mi vida. Cambios que me han permitido quitarle prioridad a lo que dice mi cabeza para comenzar a darle también un poco de prioridad a lo que me pide mi cuerpo. Esto a veces no es fácil porque escuchar al cuerpo significa que habrá momentos en que tengas que hacer algo que no te apetece, pero con el tiempo el resultado acaba siendo gratificante para cuerpo y mente. Dejar de escuchar todo el tiempo a mi cabeza me ha permitido aparcar las excusas y los excesos, dando la responsabilidad a mi cuerpo de pedir lo que necesite y exigirse poco a poco cada vez más a pesar de que haya en momentos en que la cabeza me pida descansar o añadir algún exceso innecesario. Y es ese poco a poco donde empiezan a surgir los resultados. Esos pequeños cambios de hábitos, alimentación y descanso, han ido sumando para ir dando lugar a cambios más grandes. Algunos más visibles y otros menos, pero cambios que en el día a día puedo notar y aprovechar. Cambios que me han id

La tercera ley.

Dice la tercera ley de newton que si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza dicho cuerpo reaccionará contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero con sentido contrario, esto es lo que comúnmente llamamos acción-reacción. Está ley es una ley física, pero realmente se puede aplicar a más ámbitos  de la vida. Tendemos a pensar que las acciones simples o cotidianas no tienen ninguna repercusión, pero realmente eso no es verdad. Cada acto, cada palabra o cada gesto suelen tener una repercusión. Muchas veces está repercusión no es directa en la persona que realiza la acción, puede ser que la acción genere una repercusión en otras personas.  Precisamente en este momento estamos viendo las consecuencias de esta ley, un descuido, un momento de confianza o simplemente el egoísmo pueden llevar a otros a sufrir la consecuencia de nuestras propias acciones. Vivimos en una sociedad en la cual no solemos mirar más allá de nosotros mismos y de nuestro circulo más cercano y eso es u

El brillo interior.

Hoy escribo porque últimamente varias personas me comentan lo que hace tiempo noto yo mismo. Los que me conocen de hace menos tiempo pensarán que estoy diferente y poco mas, pero los que realmente me han visto crecer  me repiten lo mismo, en ocasiones entre personas de distintos grupos. Todos coinciden en que ahora se me ve mejor tanto mentalmente como físicamente y eso tiene un motivo. El motivo es tan simple como que poco a poco he ido notando como he ido recuperando aficiones, pasiones y gustos que creía perdidos. Todas esas cosas que he ido recuperando han hecho que dentro de mí algo vuelva a brillar.  He visto como he recuperado el gusto por la música que siempre he oido, esa sensación de que decir que no a un plan con amigos o gente que aprecias es un error, y poco a poco también he recuperado esa pasión que tenia hace tiempo por mi trabajo, volviendo a sentirlo no solo como un trabajo sino como un hobby.  Ahora veo cómo ese brillo interior se refleja en el exterior, llegando a v

La sonrisa del reflejo.

Siempre me ha gustado decir que el tiempo jamás se pierde. Es posible que a veces parezca que se ha perdido porque en cierto momento algún proyecto en el que hemos invertido parte de nuestra vida no ha salido como esperábamos. Pero realmente eso es la vida, la vida no es planear y que todo salga tal como lo hemos previsto. Si fuese tan sencillo no tendría gracia vivirla. Sin embargo en lugar de eso nos pone obstáculos y trabas para que no pase lo que queremos sino lo que debe pasar y crezcamos con las vivencias. Personalmente, me gusta a veces echar la vista atrás y recordar parte de mis proyectos fallidos o recordar como imaginaba mi vida hace años. De hecho, si vuelvo a mirar atrás hasta mis años de facultad, nada ha salido como yo lo planeaba. Toda mi vida ha sido bastante diferente, pero debo reconocer que a pesar de todo ha salido bien y he crecido y aprendido mucho por el camino. Puedo decir que ha salido bien porque, a pesar de que no estoy donde planeaba estar, estoy donde nece

Las tres frases.

Como uno de mis propósitos para este año tengo el recuperar poco a poco este blog. Lugar donde dejo mis reflexiones para que en un futuro las pueda repasar. Hoy voy a poner aquí tres frases sobre las que he estado pensando hoy. La primera es una frase de Steve Jobs que me gusta mucho, "No puedes conectar los puntos mirando hacia delante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás." Aún recuerdo cuando empecé a desarrollar aplicaciones móviles por entretenimiento y recuerdo con cariño mi primera app. Tan sólo eran un montón de botones con los cuales se reproducía una frase de las películas de Clint Eastwood. No era gran cosa, solo se la pasé a algunos amigos, pero era mi primera app y me divertí con ella. Después de eso mi interés por ese mundo creció, y a día de hoy lo que fue un hobby ahora es mi trabajo. Un trabajo que, a pesar de todo, disfruto cada día. Y eso es tan sólo uno de los puntos que se conectaron, porque gracias a otro hecho repentino me vine a Madrid, donde he pod

Renacer.

Hace aproximadamente un año que empece a sufrir un problema llamado el síndrome del impostor. El síndrome hace que una persona se cuestione sus logros y habilidades, llegando a creer que sus éxitos han sido tan sólo cuestión de suerte y no de sus conocimientos o esfuerzos. Recuerdo perfectamente, el día que salí de mi zona de confort para embarcarme en una nueva aventura. Iba realmente nervioso, la gente que me conocía me decía que me iría bien, pero yo no estaba tan seguro. Quizás esa inseguridad y la situación de entrar en un mundo desconocido hicieron mella en mí. Como es habitual, al entrar en un sitio nuevo hasta que te adaptas no controlas las situaciones que se presentan y cometes errores, pero a pesar de que en mi carrera profesional he cometido muchos errores, no conseguía encajarlos. Cada error que cometía me hacía sentir que realmente no estaba al nivel que exigía aquel lugar. Si a lo anterior le juntamos una personalidad muy cabezota y  manía de autoconvencerme de que y